Su color es similar al de las cerezas guindas bien maduras. Una buena capa, permite intuir ya a la vista que se trata de un vino bien estructurado. En la nariz destacan los tonos de fruta roja y de monte mediterráneo típicos de la garnacha.
La presencia del Syrah se hace evidente por los tonos de confituras. En boca es un vino sedoso. Fácil de entender y de disfrutar.
Sugerimos que se sirva a una temperatura de 14º C, como acompañamiento de aperitivos y de carnes rojas.